Para abordar eficazmente los problemas de daños por inundaciones, K-Adriatica propone el uso de su fertilizante eK-lon MAX.

 

Los cultivos afectados por inundaciones se enfrentan a la asfixia radicular, un fenómeno provocado por la acumulación de agua superficial debido a las lluvias o al riego, que provoca una saturación casi completa de los espacios de aire del suelo, privando así a las raíces del aire esencial. La asfixia de las raíces no sólo compromete la aireación de las raíces, lo que lleva a la pudrición de las raíces y al deterioro de las plantas, sino que también induce un cambio en la proporción de bacterias aeróbicas y anaeróbicas en la rizosfera.

 

La falta de oxígeno provoca entonces un aumento de bacterias anaerobias, lo que provoca una disminución de los niveles de manganeso, hierro y azufre e iniciando así procesos de desnitrificación, lo que se traduce en una pérdida de nitrógeno disponible para el cultivo y una reducción de la solubilidad de elementos como el zinc, cobre y cadmio. En situaciones de estancamiento prolongado se producen aumentos de sustancias tóxicas como sulfuros o metano, que deterioran aún más las condiciones del suelo. En este entorno desfavorable, las puntas de las raíces acumulan acetaldehído y etanol, y luego se sintetizan etileno y ácido abscísico: esto conduce al cierre de los estomas de las hojas y a una reducción significativa de la actividad fotosintética. La situación se ve agravada por la mayor vulnerabilidad de la planta a los ataques de plagas. El alcance de estos efectos depende del grado de deficiencia de oxígeno y de la duración del estancamiento.

Así es como muchas plantas desarrollan raíces poco profundas: si bien esto indica un aumento de las actividades metabólicas, también las hace menos resistentes a los períodos de sequía que a menudo siguen a la acumulación de agua, sin un anclaje sólido al suelo. En situaciones en las que la disposición correcta de la superficie del suelo y el sistema de drenaje son inadecuados para hacer frente al exceso de agua, es esencial abordar los daños a los cultivos. Esto también ante las repercusiones que estos acontecimientos puedan tener en el año siguiente, como en el caso de los cultivos frutales.

 

Desde el punto de vista nutricional, es fundamental intervenir para limitar los daños y satisfacer las nuevas necesidades del cultivo, que, al vivir en condiciones alteradas respecto a las normales, ciertamente sufre un estrés importante. En este contexto, K-Adriatica se presenta como un aliado para hacer frente a los desafíos que plantean los daños por inundaciones.

 

La condición sine qua non es alejar el estancamiento del agua de la rizosfera, y aquí es donde entra en juego el apoyo nutricional que ofrecen los fertilizantes K-Adriatica: en función de la naturaleza del suelo, considerando su estructura, pH y dotación en sustancia orgánica, los fertilizantes K-Adriatica están diseñados para aportar a la planta los elementos nutricionales perdidos por la desnitrificación y/o insolubilización.

K-Adriatica recomienda la aplicación, vía foliar o radicular, de eK-lon MAX, un extracto 100% natural de Ecklonia maxima.

A través de extensos ensayos en diferentes cultivos, se ha demostrado que el fertilizante eK-lon MAX de K-Adriatica promueve el desarrollo radicular debido a su composición rica en reguladores naturales del crecimiento como auxinas y florotaninos como floroglucinol y eckol. Además, el fertilizante eK-lon MAX de K-Adriatica está diseñado para ayudar a las plantas a superar condiciones de estrés debido a la presencia de polisacáridos como alginatos, laminarinas, fucoidanos, manitol, aminoácidos y vitaminas.

 

La aplicación de eK-lon MAX de K-Adriatica no sólo mejora la eficiencia de los productos microbianos, sino que también es una estrategia recomendada por K-Adriatica para restablecer el equilibrio correcto en la flora microbiana de la rizosfera.